miércoles, 14 de octubre de 2009

Diarios


La desgarrada luz se restriega en mis ojos
Cual hojas secas entre los muslos
De aquel otoño que dejamos oculto
En la infancia
Ahí
Sepultado con las risas de los amigos que
De ves en cuando rodaban por entre las vides
Mascando el trumao
Bañados en sudor…
Esta luz me estampa una palmada como
Despertándome de algo
A lo que aún no doy imagen, ni sonido
Piel ni voz
Algo por ahí que se manifiesta al acecho
Como una ola de su roca-presa!
Un sutil encanto,
Como en los escalones de la vieja casa
Descubrir tus enormes ojos rojos
Y después al voltear
También la sonrisa que te ató de por vida
Descubrir que el silencio siniestro
Es poder capaz de ocultar el miedo y la venganza
Después
Mirar nuevamente tu cuerpo flotando con acordes
Que ya nadie recuerda
Sino yo
Con la armonía salvaje de la candidez
Ahí
Solitaria entre las manos y los rostros de otros
Y otras
Ahí ocultado nuevamente aquello
Que jamás podrás revelar…
Ni yo…
Y regresa tras la nube momentánea
Este foco caníbal
Que retuerce mi rostro y lo dobla hacia
Adentro
Donde veo y descubro que ya
Será imposible dejarDe amarte…

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