jueves, 23 de septiembre de 2010

Diarios



I

Sólo la muerte
nos hará libres,
sólo ella será capaz de romper
con la luz del día
con la humedad del alba
con la sutil dispersión de la lluvia en el rostro,

sólo ella acabará
con la fuerza del oleaje interno
con la fiera resistencia del bosque
al fuego,
con la sobria dignidad pisoteada
en los muros ciegos.

La muerte y no otros conjuros,
optimistas presagios,
sedantes opiáceas resurrecciones,
cuando todo acaba
ya nada más existe,
nada más sobre la piel dolida de la tierra,
nada aquí ni más allá.

Sólo ella podrá asestar con su puñal de olvido
nuestra historia la mas golpeada,
la más luchada,
la convincente cruzada contra los moros de la moralina,
sólo ella con su garrote cargado de silencio
en la sien del recuerdo del mundo.

Y aún así
los árboles plantados
los libros quemados
los hijos repartidos por la inmensurable planicie del planeta
se transformarán en el único
vestigio,
en el único testigo
de todo cuanto elevamos este dulce tormento,
esta cicuta amada,
esta emboscada permanente a sus esclavas leyes,
a sus sucios dogmas teñidos
de sangre y mordaza,
sólo ellos testigos.

Sólo ellos testigos.

...

Diarios







II


Cuando nace el camino a nuestros ojos,
cuando nace la senda ante los pies,
el mañana ya no es futuro,
el futuro es hoy,
este presente golpe al vulgo,
con sus domésticos temores
con sus ordinarios designios,

cuando el mar se abre ante
nuestras pieles desnudas,
se abre también el día
para elevar el dolido tránsito
de la noche al alba,
del silencio a la voz balbuceante de las flores,
al dominio absoluto de la luna
tan nuestra
al viaje infinito.

y ahi vamos
descalzos cual obreros
de nuestra propia vida.

y ahi vamos
combatientes de nuestra
propia batalla,
erguidos,
puño en alto,
a conquistar nuestro pedazo de cielo y de pan
sin que lo pedestre se haga
de los sueños,
sin que lo humano se haga del insomnio,
ahí vamos a dar la guerra
una y otra vez
hora tras día,
contra todo ello,
contra nosotros mismos,
enfrentados a los atávicos miedos,
al silencio indiferente
de la masa dormida,

ahí vamos
a batallón completo,
los cinco contra todo
lo oscuro lo sucio lo básico,
a vencer
demonios y bestiales seres mitológicos.

ahí vamos
construyendo
palmo a palmo
metro a metro
contra las embestidas de la vida,

ahí vamos
a okuparlo todo!!!

lunes, 13 de septiembre de 2010

Diarios





No existen bellos momentos
sino intensos
pasajes silenciosos
hacia el espejo
hacia el reflejo de
nuestros cultos miedos,
vamos urgando las atávicas
leyes que nos matan
ahogan encierran
sin ceder espacio alguno
vamos
al mismo ritmo
del cielo que cae de tedio
por la lluvia o el viento
duro, gris, maligno
ingobernables,
culmines
antes del caos en la caída de la luz
avanzamos
para que los demonios
de la vida
me levanten
y contigo vuelen al mañana
sorprendidos del perfume
que tu sonrisa desprende
sorprendidos que no hay mentiras
en la vorágine
del tránsito
hacia el futuro
que no es otra cosa que volver
al desnudo descubrir
de la vida en su comienzo
al futuro primitivo
al ayer que
funda
el presente y el despertar
del mañana.

Vacíos...






Presiento que
cada rincón
de día
te busca
y me deja
en la inseparable
cortina
de lo real y el sueño

Vago por entre
los reconditos
susurros
de las calles
desiertas
buscándote
esperándote
y nunca estás ahi
nunca donde
el señuelo
busca tu
rostro cubierto
de la llovizna
de todas las mañanas,
nunca donde
todos los
amaneceres del mundo,
ahi sólo se respira el
abandono
de las horas
conveniente
que desarrollan esto
que purgamos sea
un lugar
instantáneo
para poder volar.

Septiembre





Ver mi rostro
reflejado en
la pasiva nieve
es verse
combatiendo
contra la
furia del oleaje
más allá de
las horas
más allá del silencio.

Ver mi rostro
perderse en
las fijas líneas
del espejismo
sombrío de cada mañana
respirando el aroma
cálido
de tu cuello
el intacto
delirio de
tu vientre
es perderse
olvidando
todo retorno
al camino
perder la voz
sumido en
la lluvia
buscando
respuestas
al algo
impaciente de la vida
es flotar
descalzo
en el follaje
indómito
del alba
en el oscuro radiante
mediodía
del bosque
en el salvaje
destello
de las marejadas.