lunes, 13 de septiembre de 2010

Diarios





No existen bellos momentos
sino intensos
pasajes silenciosos
hacia el espejo
hacia el reflejo de
nuestros cultos miedos,
vamos urgando las atávicas
leyes que nos matan
ahogan encierran
sin ceder espacio alguno
vamos
al mismo ritmo
del cielo que cae de tedio
por la lluvia o el viento
duro, gris, maligno
ingobernables,
culmines
antes del caos en la caída de la luz
avanzamos
para que los demonios
de la vida
me levanten
y contigo vuelen al mañana
sorprendidos del perfume
que tu sonrisa desprende
sorprendidos que no hay mentiras
en la vorágine
del tránsito
hacia el futuro
que no es otra cosa que volver
al desnudo descubrir
de la vida en su comienzo
al futuro primitivo
al ayer que
funda
el presente y el despertar
del mañana.

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